sábado, 11 de abril de 2009

Claro, Seguro es la crisis... Pero del Catolicismo!

En el Espectador leemos con motivo de Semana Santa un artículo sobre cómo han bajado los niveles de donaciones de la gente para con la iglesia católica. Escandalizados nos dicen los contadores del clero que una reducción de más del 75% ha sucedido en los últimos meses y nos cuentan de cómo sufren las misiones evangelizadoras, de cómo en el final sufrirán las familias que de estas prácticas se benefician. No niego que haya curas que llevan acabo una buena labor (al menos uno conozco), que siguen o tratan de promover valores más humanos y justos, pero conociendo los autos en que se mueven las cabezas del clero, sabiendo de la ostentosa naturaleza de las casas en las que viven, desde Roma hasta Timbuktú (Colombia claramente no siendo la excepción), teniendo en cuenta las atroces distorsiones que han dado a la palabra del Jesús que los guía me es imposible sentir tristeza. Quizás es hora de que revisen bien qué representan y cómo lo vienen haciendo, quizás es ya hora de que el Papa comience a desvestirse de los mantos de oro en los que se arropa y haga bien su trabajo, comparta con el prójimo, viva la vida austera de su Jefe en mínima muestra de entendimiento de su mensaje. Es mucho pedir, sin duda, pero se empieza por eso, pedirlo, pedirlo en masa.

Se atribuye primordialmente el dato a que la crisis económica golpea fuerte al país y que dada la fuerte dependencia frente a las donaciones de la Bolsa de Valores es apenas normal que estas hayan caído en picada. Esto me hace pensar que sin duda debe ser eso porque aun somos muy ignorantes como pueblo para castigarles el bolsillo por tener un papa que habla sobre cómo el condón en África es pecado (entre otras Bushezcas intervenciones), por flagrantemente tratar de encubrir curas alrededor del mundo que violan repetidas veces a sus capellanes, por darle promoción en altas esferas a curas que osan negar el holocausto. Muchos factores que incluso desde le punto de vista de Marketing y Relaciones públicas son crasamente estúpidos. Si no los castigamos por corruptos, ¡al menos seamos capaces de hacerlo por estúpidos!

Por otro lado, no sabiendo qué más recomendar, o mejor qué más prohibir - el cuento de la carne el viernes santo ya está más que establecido - enfilan sus baterías hacia otros horizontes; las autoridades eclesiásticas recomendaron esta semana santa hacer un ayuno de tecnología como muestra de sacrificio en este "mundo moderno" que tan rápido avanza. Hay que aclarar que al menos tuvieron la delicadeza de sólo recomendarla durante semana santa dando visos de que se están poniendo cuidadosos sobre en qué medida deben pedir algo (papa, africa, ¡por dios!). No resulta raro entender que ven en la revolución digital una amenaza grande, un acceso al libre pensamiento y de todo lo que este puede representar: generación de autonomía, liberación de los yugos, cuestionamiento entre otras consecuencias. Me arriesgo a pensar que si fuera por ellos los computadores del mundo y la cultura digital deberían ser quemados, y que no tienen visión social estratégica para verlos siquiera como herramienta sino reduccionistamente como una funesta forma de herejía. Al menos se lo están guardando con algo más de reserva, con algo más de mínima inteligencia.

Me gustaría pensar que el mundo se está despertando y está depositando más peso en pensar sus propias decisiones que en las que "Il Creatore" puede haber dispuesto en el Plan Maestro, me gustaría pensar que esta reducción en las ofrendas, en los alquileres de balcón en el cielo obedecen a ese despertar pero reconozco que es algo demasiado optimista para ser cierto; por lo pronto me limito a expresar el punto de vista de alguien que crée más en el ser humano y su fe interna que en los designios de personas que ni siquiera en el ejemplo guían a quienes pretenden controlar.

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