jueves, 16 de septiembre de 2010

Abu Graib, Falsos positivos y Lápices

El mal está en el patio de la casa, el ser humano es capaz de cosas horribles.

Reflexiones sobre el pasado surgen hoy en la Argentina, donde se celebró un aniversario más de la noche de los lápices. A través del día, un par de películas y protestas en las calles recordaban esa instancia 'a no olvidar'. curiosamente mis reflexiones siempre me llevaban a Colombia, a los conflictos en el Medio Oriente, de Iraq, y Afganistán. A la historia lejana, cercana y al presente.

A todos esos estamentos fuera de control con un poder auto-impuesto de decidir la vida de otros. Poder desmedido y paranoide, sin límites. Descarnado. Centros clandestinos de detención, prisiones extremas en el medio Oriente, batallones militares, paramilitares y guerrilleros sueltos en una oscuridad tenebrosa.

Sigue sucediendo. A gente inocente.

Ayer los alumnos se tomaron las calles en remembranza de épocas negras, ahora con la seguridad de que nadie irá a sus casas a secuestrarlos, torturarlos, desaparecerlos. Eso sí, no sabemos si 'espiarlos'.

Pero la protesta no es cosa de ayer, hace ya tres semanas las escuelas han sido tomadas en protesta a la falta de recursos. Se han unido universitarios, se han unido maestros.

A este movimiento críticas han llovido. Muchos argumentan que representan un mal precedente, dicen: "las escuelas no van a mejorar tomándolas", son unos vagos que 'juegan al fútbol y fuman faso'. Unos títeres 'politizados, infiltrados'.

Es un neo espíritu de los 60's el que se ve, peligroso porque invita al espíritu de los bajos 70's y tempranos 80's.

Al represor, jugando a Dios, reorganizando.

Cuando los chicos en las protestas comienzan a quemar muñecos del Jefe de Gobierno, por inepto que demuestre ser, las cosas pueden haber cruzado una línea. Peligroso parecer ser, es tentar al represor. Ahora bien, ¿cómo evitar despertar a la bestia masiva y mostrar descontento y voluntad de cambio?

¿Hay manera de hacerlo?

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