miércoles, 1 de julio de 2009

A la sombra de la emergencia sanitaria, y con pequeñas, fallas avanza el primer POLO CIRCO FESTIVAL.

Desde el lunes el complejo deportivo Vuelta de Obligado luce distinto. No sólo aparece en el plano visual de quienes lo caminan la fachada lateral del Garrahan. No solo se ven los vastos terrenos de césped pelado, plagados de improvisados arcos de futbol. Estos días se divisan tres imponentes carpas que se elevan en la esquina de Combate de los pozos y Juan de Garay. Ahí tiene lugar el POLO CIRCO FESTIVAL.

En su primera edición el festival completó ayer su tercer día. A pesar de la potencial emergencia de salud y del frío, su desarrollo no se detuvo y la gente se siguió acercando. Patricia representa a esas personas que desde provincia se acercaron a capital motivadas por el festival: “soy de la Pampa y vine nada más que a ver esto, que es la primera vez que pasa en el país y en mi provincia es muy poco lo que hay de circo. Yo hago acrobacia aérea y dije wau, esto vamos a verlo”, y añadió “creo que todos los shows valen la pena”.

En la fila de espera para el evento de las 14:30, detrás de Patricia, encontramos a Álvaro. Chico de 12 años que vestía una sudadera azul oscuro desteñido. Sin acompañantes llegó al lugar: quise venir a ver cómo era el circo, y quería saber si había que pagar entrada o había que venir gratis. Entonces pregunté y me dijeron que había que venir gratis, vine y me quedé acá. Voy a ver con qué me encuentro. Julieta, de 74 años, mientras cargaba a un chico en brazos, explicó: estoy acá porque tengo un nieto que vio la carpa cuando pasábamos varias veces, y dijo: “yo quiero ir al circo”.

Martina, que junto a tres amigas esperaba el espectáculo gratuito, dijo: “tengo una afición con el circo. Me mandé, fui a buscar las entradas para el espectáculo de ayer y después me pasaron el folleto, y como son la mayoría gratis me voy a mandar a todos”. Para infortunio de ellas, y de las otras treinta personas que hacían esa fila, el show sería cancelado minutos después. Según un miembro de la organización, el gobierno de la ciudad no habilitaba el espectáculo porque no estaban dadas las condiciones de seguridad.

Y es que el festival en su primera edición ha tenido su dosis de inconvenientes. Olivier, malabarista proveniente de Francia, expresó: “escuché del festival y vine hace tres días, y te digo que los eventos están geniales, pero la organización por el contrario no está tan genial. Ofrecer escenas abiertas y gratuitas, y luego no dejar entrar a la gente, no lo entiendo. Pude entrar a una de ayer porque un amigo trabaja aquí, pero en la escena había muchísimo espacio, estaba casi vacía, y mientras tanto había gente afuera sin poder entrar”.

Añadió también que el día anterior, buscando participar en otra escena abierta, se había tenido que desplazar hacia la Casa de la Cultura en búsqueda de un tiquete. Allí le dijeron que no había boletos, ni ahí, ni en el festival. “Me tocó inventarme pequeños tiquetes para ver si podía entrar a algo gratuito, hasta con el tiquete del subte traté. Es la primera vez que organizan este festival y es normal que pasen cosas así pero deben aprender de los errores. Aún así, los espectáculos pagados han estado buenos. Hay espectáculos de grandes artistas y grandes escuelas de Francia, y aparte internacionales, eso lo hace muy valioso”.

A las 16 horas, en la carpa más cercana a Juan de Garay, se llevó a cabo la conferencia “Las escuelas de formación profesional”. Los sonidos de los autos pesados de la avenida cercana elevaron los decibeles en la sala, y se sintieron también sonidos de ensayos en otras carpas. Aún bajo estas condiciones, el sistema de amplificación de los expositores, y los traductores ayudaron a mejorar la claridad de lo expuesto.

Howard Richard. Director de la Escuela Nacional del Circo de Montreal, expositor en la conferencia, comentó acerca de la organización: “llegué ayer, y vi un espectáculo hermoso en la noche, con un par de detalles a mejorar por parte de los organizadores. Pero es su primera experiencia, y todos pasamos por esa primera experiencia para crecer”.

Larga vida y buen aprendizaje para el BUENOS AIRES POLO CIRCO FESTIVAL, que hasta el domingo redecora el parque Ameghino y vigoriza a Parque Patricios con una inyección de espectáculos y talento.

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